Sagot :
Réponse :
Cuando era pequeña, soñé que un príncipe tan guapo como un dios me pedía que me escapara con él. Era tan grande y fuerte que podía vencer a cualquier chico malo en nuestro camino. Sus ojos eran de un verde intenso, como podía serlo una piedra preciosa. Su cabello era de un negro perfecto como el plumaje de un cuervo. Estos estaban hechos de rizos que caían suntuosamente sobre su frente y se arremolinaban con el viento. Me hacía reír todo el tiempo que la vida se estaba volviendo tan liviana con él. Me conmovía su generosidad, le gustaba compartir con los que no tenían. También era tan inteligente que el mundo ya no tenía secretos para él.