En conclusión, la islamofobia es algo terrible en el mundo que no debería existir más. Muchos musulmanes son víctimas de la xenofobia a causa de su religión, su cultura o incluso su color de piel, y esto es inaceptable. Para remediarlo, habría que castigar a cualquier persona que diga cosas islamófobas y que las personas que fueron víctimas de acoso se manifiesten hablando con sus familiares o incluso yendo a denunciar. Es un problema que no se puede negar, pero hay que ponerle remedio.