Eran las 8. Decidí caminar solo en el bosque, pero cuando llegué allí, había un olor extraño que me hizo sentir que alguien me seguía y luego sentí algo detrás de mí, una sombra. Me di la vuelta y vi un oso, me tranquilicé, pero después de 2 minutos, comencé a gritar y correr, pero él me estaba persiguiendo, desafortunadamente nadie me escuchó pedir ayuda. Decidí trazar un plan para darle comida y al final se marchó.